Seguimos con nuestros postres navideños y hoy le toca el turno a los roscos de vino. Este típico dulce español se come durante todo el año, pero en estas fiestas también son típicos, junto a turrones, mazapán y mantecados.
Los roscos de vino son muy fáciles de preparar y no llevan muchos ingredientes, pero tienen una dificultad y es que hay que hacerlos con las manos. Para ello, hay que hacer pequeños rollos de masa y unirlos en anillas, pero muchas veces la masa se nos pega en las manos. La solución a esto, si nos ocurre, es untarnos un poco de aceite en los dedos antes de trabajar.
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Publicado el por
Maika
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Lo primero que haremos será poner en un bol el aceite con el vino, y remover muy bien hasta que se mezclen. A continuación, vamos añadiendo la harina y la levadura tamizadas, y mezclamos hasta que se forme una masa que podamos trabajar con las manos.
Preparamos los roscos haciendo pequeños rollitos de masa y uniéndolos en forma de anillo de tamaño ancho, porque al hornearlos van a engordar.
Colocamos los rosquillos en la bandeja del horno, sobre papel vegetal y separados por dos dedos de distancia.
En el horno precalentado a 220 grados, metemos los rosquillos durante 15 minutos más o menos, que será cuando se pongan dorados.
Los retiramos del horno y todavía calientes, los rebozamos en azúcar glas. Cuando se enfríen estará listos para comer.