Este plato es muy sencillo, a pesar de que elaborar el pisto nos lleve un poco de tiempo y el resultado es un jugoso y esponjoso pastel de verduras y huevos, que combina perfectamente las vitaminas y la fibra de las verduras, con la proteína del huevo. Es un plato ideal para niños, ya que una vez elaborado no deja ver las verduras -lo cual es perfecto para aquellos que no las comen bien-, y que además les aporta proteína sin contener grasas.
Publicado el por
Maika
Personas: 4 |
Ingredientes
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Lo primero que tenemos que hacer es preparar el pisto. Partimos en trocitos todas las verduras, y en una sartén con aceite de oliva virgen, incorporamos los trozos de pimiento, que son los que más tardan en freírse hasta que empiecen a pocharse. Justo entonces añadimos la cebolla, y cuando ésta empieza a coger colorcito, el calabacín y la berenjena. Estos últimos sueltan bastante agua, por lo que es mejor tener fritos el pimiento y la cebolla antes de añadirlos, para que no se nos cuezan. Después, añadimos los tomates pelados y troceados y dejamos freír todo a fuego lento durante 20 minutos, añadiendo sal al gusto.
Una vez que tenemos el pisto, vamos a batirlo un poco con la batidora, para que no se vean los trozos de verdura. Quedará parecido a una salsa de tomate.
A parte batimos los huevos y los incorporamos batiendo toda la mezcla, que pondremos en un molde y dejaremos hornear a 180º durante 30 minutos. Para saber si el plato está hecho hacemos el mismo truco que con el flan o el bizcocho. Metemos la punta del cuchillo y si sale limpio, el pisto está cuajado. Si tenemos prisa, y estamos acostumbrados a cocinar con microondas, podemos cocinarlo en él a potencia máxima durante 15 minutos.
Lo ideal de este plato es dejarlo enfriar y desmoldar. Os encantará.